CORRER CONTRA LA ANSIEDAD Y LA DEPRESIÓN
Que la actividad física tenga una influencia positiva sobre el estado de ansiedad es un hecho contrastado en la actualidad. Estudios realizados desde hace años han legitimado esta teoría de que realizar actividades deportivas aporta beneficios significativos en los síntomas de ansiedad, además las mejoras son notables tras al menos 10 semanas de actividad física continua y constante.
Correr, entre otras variedades deportivas, es sin duda una panacea contra la ansiedad y el estrés. Sus beneficios, tanto físicos como psicológicos, son visibles casi de inmediato, tras pasar por un periodo inicial donde inevitablemente nos encontramos con un primer obstáculo donde tendremos que superar la inicial fatiga y agotamiento. A pesar de que es necesario en casos de ansiedad severa y angustia, la adecuada atención y tratamiento médico, hay que destacar que correr de forma constante puede prevenir la ansiedad y puede contribuir de manera activa y eficaz a aliviar sus síntomas incluso en casos graves.
Las mejoras que resultan del ejercicio constante, de acuerdo con múltiples estudios, involucran tanto la atenuación de síntomas agudos de ansiedad como la disminución del rasgo estresante de una personalidad ansiosa. Son tales los beneficios que aporta la actividad física que después de alrededor de dos meses y media se pueden encontrar mejoras equiparables a las de las terapias psicológicas propias.
Son muchos los expertos del sector que aseguran que una actividad física aeróbica moderada tiene una importancia significativa y suponen un gran apoyo a los tratamiento farmacéuticos contra la ansiedad. El ejercicio aeróbico supone un verdadero antidepresivo y así correr es una forma efectiva ante la prevención y tratamiento de la depresión (que a menudo va de la mano de la ansiedad), combinando el running con la psicoterapia, fortalecemos la acción anti-depresiva.
¿Cómo puede el running influir sobre mi ansiedad?
1/ En primer lugar, el beneficio es psicológico, aumentamos el dominio sobre nosotros mismos y por lo tanto nuestro sentido de auto-eficacia. Correr, así como la actividad física en general, supone la acción más inmediata contra la ansiedad, siendo su efecto comparable al de las técnicas de relajación comunes.
2/ Correr actúa sobre los parámetros cardiovasculares (taquicardia e hipertensión). La carrera nos hace perder peso y tonificar el cuerpo y, en consecuencia, aumentar nuestra autoestima. Seguir un programa de entrenamiento es una manera de fijar objetivos y cumplir con uno mismo lo que representa una meta que sin duda nos beneficia psicológicamente.
3/ Correr es una manera genial de descargar tensiones. Además no hay límite de edad para empezar, lo importante es realizar el ejercicio adecuado a nuestra edad y características físicas. Aquellos que quieran iniciarse en el running deberán empezar poco a poco tras un programa específico para principiantes. El aumento progresivo del ejercicio es un elemento clave para lograr la adaptación del cuerpo y para combatir el estrés y la ansiedad.
4/ No debemos forzar ni la mente ni el cuerpo, debemos acostumbrarnos poco a poco a los nuevos ritmos. Debemos tener en cuenta que inicialmente la sensación de fatiga física puede desalentar y dar lugar al abandono de la nueva actividad física que estamos realizando, la perseverancia y la determinación son claves para superar esta fase, ten en cuenta que cuando encuentres tu ritmo, tu cuerpo y mente sentirán un verdadero placer tras una buena carrera.
¡KEEP RUNNING!