¿ES BUENO EL CAFÉ PARA EL RUNNING?

¡Sí…!

Periódicamente se publican comentarios en la prensa y las redes sociales reflejan sobre la bondad o maldad de ciertos alimentos o sustancias que ingerimos de forma habitual. Y casi siempre, tras la lectura objetiva de dichas informaciones, nos queda la duda de si practicamos un buen hábito dietético.

Si aparte de ser lectores normales, somos, además, corredores, o personas que practicamos de forma metódica una actividad deportiva, entonces nuestras dudas nos afectarán más.

Y una pregunta que muchos deportistas nos hacemos es la de si es bueno ingerir café en nuestra alimentación cotidiana. Repetimos: sí.

Pero como dicen, ‘el veneno está en la dosis’. Todo elemento natural, sobre todo en alimentación, puede ser bueno o perjudicial. Dependerá de su uso o de su abuso.

El café, venerado por algunos, denostado por otros, sin duda es una de las bebidas más populares del mundo y fue la primera bebida energética que se inventó. Y hoy por hoy es la más popular y barata. Muchos la consumimos a diario.

Por ello, teniendo en cuenta que la mayoría de las bebidas energéticas contienen grandes cantidades de cafeína, sería muy oportuno valorar y a ser posible analizar, las cantidades que un individuo puede absorberlo y evitar un exceso, que pueda perjudicarle.

Es posible que muchos corredores, por hábito cotidiano ingieran de forma normal cantidades de café suficientes y positivas para su organismo. Para un 60 por ciento de la población y de deportistas, tomar la taza el café matutino, la taza del medio día y el café de la post comida, es habitual. Si es así, las tres dosis de café diaria, (la cantidad óptima estaría en torno a los 3 miligramos por kilo de peso, lo que correspondería a una ingesta promedio de entre 200 y 400 mg – de 2 a 4 tazas de café- por persona) sería una receta muy normal y beneficiosa, que muchos dietistas calificarían hasta de recomendable. Pero si se supera este límite de los tres cafés diarios, seguro que más de un purista en nutrición recriminará que ya se está en condiciones de superar el límite permisible para la salud.

Si uno es un deportista, seguro toma, ¡cómo no!, de forma habitual o esporádicamente, también algún tipo de bebida energética, para el mejor rendimiento deportivo. Entonces, puede que sí se esté en la línea roja del suministro de café para un organismo. En este linde el café pasaría de ser un aliado a ser un enemigo.

Hemos de tener en cuenta que la cafeína la podemos encontrar en otros muchos productos que asiduamente tomamos, como el té, las bebidas de cola, en confituras y pasteles y sobre todo en bebidas energéticas que, además a parte de la cafeína, contienen cantidades de ginseng, jalea real y otras sustancias vigorizantes.

Para el deportista es bueno contar con el café. Es bueno para runnerscorredores de resistencia o larga duración, como carreras tipo maratón o practicantes del ciclismo. Mejora la resistencia a la fatiga, la broncodilatación, por lo que posibilita una mejora de la capacidad respiratoria. Y actúa positivamente sobre el músculo esquelético, al producir un aumento de la capacidad contráctil muscular al incrementar el transporte de calcio. Además la cafeína favorece el transporte potasio. Un ejemplo: una taza de café proporciona alrededor del 20% de la cantidad diaria recomendada de vitamina B3 y dos tazas de café cubren el diez por ciento de las necesidades de potasio y ayuda a una reposición rápida y eficaz del glucógeno muscular y, por tanto, a la recuperación óptima del músculo tras el esfuerzo. El café es una de las principales fuentes de antioxidantesen la dieta diaria y un gran estimulante. El café aumenta también la potencia muscular e indirectamente la fuerza, la velocidad y la resistencia y hace disminuir la fatiga ante grandes esfuerzos, así como los dolores musculares que se puedan sufrir durante el ejercicio

Precisamente su uso como bebida estimulante es lo que lo hace más preciado, como ayuda en los grandes esfuerzos y como un excelente aliado en el ejercicio físico. Pero como decimos, si somos ya unos incondicionales al café en nuestra vida cotidiana, puede que no sea muy conveniente su uso a través de otros productos tonificantes y estimulantes.

Deberíamos saber reprimirse en tomarlo ‘sin ton, ni son’. Hemos de saber que otras muchas bebidas, como el té, o las mismas bebidas energéticas, aportan mucha dosis de cafeína. Y si somos unos adictos natos de la taza de café, hemos de saber calcular. La mayoría de bebidas energéticas contienen grandes cantidades de cafeína, aparte de otros elementos como el ginseng, jalea real y otras sustancias vigorizantes. Por ello, a modo de consigna, podemos decir que hemos de evitar la redundancia en su ingesta. Si tomamos de forma asidua ‘café en taza’, sería bueno dejarlo de ingerir a través de ‘botellín energético’. O al revés. Si nos gusta tomar bebidas energéticas, tendríamos que moderar o suprimir el consumo convencional de la taza de café, en cortado o con leche.

A pesar de que la cafeína, como substancia ergogénica, se retiró de la lista de substancias prohibidas en 2004, no deja de ser un potente estimulante. Hasta entonces se consideraba el café como dopaje si superaba una dosis en orina superior de unos 12 mg/l. Para alcanzarse se requería el consumo de unos 9 cafés. No nos pasemos.