Errores comunes que nos impiden mejorar el rendimiento

Cuando correr ya forma parte de nuestra vida diaria, y lo necesitamos como el agua, mejorar el rendimiento se convierte en nuestra siguiente meta. Pero ¡cuidado! Es posible que, sin saberlo, estés cometiendo algunos errores que te impiden alcanzar ese objetivo.

A continuación hablamos de algunos de estos enemigos de los runners.

1. No trabajar la fuerza.

Para ser un buen corredor, no hay que limitarse a correr y correr; de hecho, fortalecer los músculos es tan importante como la resistencia y la velocidad. ¡No hay que tener miedo al gimnasio!

Este error común entre los corredores viene de la creencia errónea de que al trabajar los músculos y ganar masa muscular y peso, se va a perder agilidad; pero en realidad, con una buena base muscular se sufren menos lesiones y se consigue más resistencia.

Para ello, bastará con una o dos sesiones semanales en el gimnasio, trabajando tanto el core como las piernas.

2. Variar los entrenamientos.

Estancarse en un tipo de entrenamiento favorece la pérdida de la forma física e impide que avancemos.

Es importante seguir un plan de entrenamiento, pero a veces hay que descansar y cambiar de actividad para coger fuerza. Con esto queremos decir que si el cuerpo te pide descanso, descansa; si sientes los músculos fatigados, cambia de entrenamiento, e intenta introducir en tu entrenamiento nuevas formas, como el Cross Fit.

3.Estirar antes de entrenar.

Aunque existen teorías a favor y en contra de estirar antes de los entrenamientos, lo cierto es que los últimos estudios desaconsejan hacerlo porque de este modo disminuye la fuerza de los músculos estirados, así como la capacidad muscular de almacenamiento de energía. Pero además, estirando antes del entrenamiento también aumentamos el riesgo de lesiones.

Para evitar esto, podemos ir «calentando» los músculos con un trote suave y ejercicios como saltos, giros, zancadillas, etc.

4. No te olvides del descanso.

Después de una sesión de running o fitness, nuestro organismo necesita asimilar el esfuerzo realizado, por lo que es obligado descansar al menos dos días por semana para que nuestro cuerpo pueda recuperarse completamente.

Además, no podemos olvidar el descanso nocturno: al menos  8h para poder recuperar fuerzas.