¿Es posible correr con un resfriado?

Cuando se está resfriado, es difícil mantener el horario de los entrenamientos. Con el otoño es posible empezar a refrescarse unas cuantas veces y la pregunta que viene inmediatamente a la mente es preguntarse: ¿está bien seguir corriendo o es mejor tomarse unos días de descanso? 

A continuación te indicamos algunas señales que envía el cuerpo que te harán entender si empiezas a sentirte con un resfriado. De hecho, tomar los cuidados adecuados a tiempo puede generar beneficios a la larga. 

Síntomas prematuros de un resfriado

Estos síntomas se pueden sentir no solo por la aparición de un resfriado, sino también si se siente sobreentrenado o un poco estresado. 

Por lo general, las fases regulares del sueño comienzan a ser irregulares, tiene algunos estornudos, tos o se siente congestionado. Sin embargo, aún así quedan deseos de seguir corriendo para mantener la forma física. 

Entonces, ¿cómo decide cuándo esto puede ser bueno o cuándo puede empeorar la situación? Es cierto que nunca se debe perder la práctica, pero para el bienestar y la salud a largo plazo, se debe ser razonable y evaluar en función de una serie de factores.

¿Cómo saber si se puede seguir entrenando?

La prueba del cuello 

Conocida como “la prueba del cuello”, es un truco recomendado tanto por los entrenadores como por los médicos para los corredores. 

Cuando se siente un poco cansado, se puede realizar la prueba del cuello. Si los síntomas del resfriado son leves y solo los siente por encima del cuello, como un poco de congestión nasal y algunos estornudos, un trote breve y ligero son luz verde para la actividad física –ya e inclusive puede ser benéfico realizar ejercicio–. 

Sin embargo, no se recomienda ejercitarse con sensaciones más intensas debajo del cuello, como sentir fiebre con ganglios linfáticos inflamados o tos, dolor de garganta, dificultad para respirar inusualmente al subir escaleras o incluso en reposo, cansancio, dolores musculares, escalofríos. Esto se debe a que los síntomas pueden indicar que hay un virus de la gripe real en circulación. En este caso, continuar corriendo puede retrasar la fase de recuperación. 

Hacerse esta prueba en uno mismo es muy sencillo, pero siempre es recomendable evaluar una visita al médico de cabecera.

La importancia del estado de temperatura corporal

Si la temperatura del cuerpo excede el nivel de temperatura estándar en más de un grado –de persona a persona puede oscilar entre 36,5 y 37,2–, ¡cuidado! En este caso, si se tiene fiebre, es más difícil para el cuerpo intentar mantener una temperatura estable, por lo que incluso el ejercicio moderado podría empeorar las cosas a causa de una deshidratación. Además que tensará aún más el sistema inmunológico en un momento en el que ya está «luchando» para que todo vuelva a la normalidad.

La influencia del ritmo cardiaco

Una frecuencia cardíaca más alta de lo habitual incluso cuando está en reposo indica que el cuerpo está bajo estrés. También puede deberse a un factor de sobreentrenamiento y una señal de que se necesita un día más de recuperación. Sin embargo, si la frecuencia cardíaca acelerada se acompaña de signos de un resfriado, ¡habrá que estar aún más en guardia! 

¿Cómo comprobarlo? A través de un diario de entrenamiento se puede verificar su frecuencia cardíaca en reposo por la mañana todos los días. Es posible que se noten cambios normales, pero si hay un resfriado u otros síntomas de la gripe con un ritmo cardíaco inusualmente rápido: es momento de descansar uno o dos días hasta que todo vuelva a la normalidad.

¿Cuándo reanudar los entrenamientos? 

 

Sólo se podrá volver a entrenar cuando todos los síntomas similares a los de la gripe –el del cuello, temperatura y frecuencia cardíaca– hayan vuelto a la normalidad. El momento adecuado para reanudar el entrenamiento también puede variar de persona a persona. 

Volver al entrenamiento demasiado pronto o tratar de «recuperarse» inmediatamente con una sesión de entrenamiento particularmente dura, puede llevar a recaídas riesgosas. En cambio, es mejor comenzar con un pequeño trote ligero –como después de una lesión– y retomar lentamente. Si se tiene una competencia a la vista, considere quizá no participar. La salud es más valiosa y siempre hay muchas oportunidades para desafiarse a sí mismo.

Nota importante

 

Los consejos dados proceden únicamente de la experiencia habitual de correr y en ningún caso deben confundirse con consejos médicos. Si tiene alguna duda sobre sus síntomas, busque siempre el consejo de su médico, quien también puede ayudarlo a ponerse en forma más rápido.

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